Apreciado lector, si tiene la sensibilidad para defender la vida de los delfines y las ballenas de esta terrible práctica en Taiji, Japón, por favor, envíe un mensaje copiando este texto al siguiente mail: info@embjp-colombia.com
Bogotá, Octubre 30 de 2012.
Excmo. Sr. Embajador de Japón en Colombia
Sr. Kazumi Suzuki
En estos momentos, una familia de calderones (ballenas piloto) está siendo retenida contra su voluntad en una cala de Taiji, Japón.
Esta mañana, los llamados «pescadores» de este pueblo repudiado internacionalmente, incluso por muchos de sus compatriotas, han obligado a entrar en la cala a esta indefensa familia a su paso por las costas de su país. Su destino puede ser el cruel cautiverio para algunos y la muerte horrorosa y violenta para el resto del grupo. Hemos sabido que entre el grupo hay madres con sus bebés.
Desde mi más profunda indignación y tristeza por estas crueles actividades que no tienen cabida en el siglo XXI y que no hacen más que manchar la imagen de su país, le suplico su intervención inmediata para la liberación de estos delfines a mar abierto.
Los delfines y otros pequeños cetáceos son seres salvajes cuyas poblaciones en sus costas se están viendo gravemente diezmadas por culpa de estas actividades, pudiendo perjudicar gravemente el ecosistema marino, no solo en sus aguas costeras sino en todos los océanos en general.
Los delfines no pertenecen a ningún grupo ni sociedad humana, pertenecen al océano. Los delfines tienen su propia cultura y esta cultura debe prevalecer por encima de los intereses de un puñado de «pescadores» en Taiji que no hacen más que manchar permanentemente la reputación de su país y provocar el rechazo de la comunidad internacional.
Las vidas de estos gentiles y amables seres, con fuertes y complejos vínculos afectivos entre los miembros de sus familias, puede que esté en sus manos. Por favor, pida al menos la liberación de las madres y sus bebés.
Ruego considere mi petición como una llamada a la cordura en beneficio de los océanos y la humanidad.
Atentamente,
Vladdo [insertar su nombre]
Bogotá, Colombia
Definitivamente el ser humano es el más despiadado y depredador de los seres del planeta. No tiene conciencia de lo que significa destruir el ecosistema. Muy difícil hacerlo entrar en razón.